Limoncín. RIP 2012

El pobre Limoncín murió un mediodía de mayo en las garras de un halcón peregrino. Lo dejé en la ventana de la habitación y al volver de echar una breve siesta me encontré con la jaula vacía, una o dos plumillas y un pequeño rastro de gotas de sangre. Y sé a ciencia cierta que el culpable de tan horrible crimen fue un halcón peregrino porque el canario Limoncín no ha sido su única victima. El único consuelo, que ese día, el polluelo u los polluelos del halcón peregrino, no pasarían hambre. Limoncín fue uno de los pocos pájaros por los que tuve que pasar por caja, ya que, casi todos los demás; canarios, diamantes mandarines y agapornis, en sus días, me los regalaron . Amén de una cotorra argentina, que un buen día llegó ella sola en mi casa.